martes, 27 de marzo de 2018

Lo malo nunca fueron los monstruos que te sobrevuelan cuándo necesitas aire.
Lo malo nunca es saber tu debilidad.
Lo bueno, es saberla, conocerla, hacer con las manos el recorrido de tus cicatrices y llorar por ellas sí te lo pide el corazón.
Y crear y creer en lo maravilloso de ésto; de tenerlos presentes siempre a los cuervos y ver sobrevolar a los buitres y mantenerlos a raya.
Todos tenemos un pasado que se hace tan presente que da pánico y te paraliza, pero avanzar, seguir luchando por ser tu dueña eso es el objetivo de la vida, vivir aún sabiéndote débil pero siempre con un par de ovarios.
Comerte la vida sin dejar que ella te engulla y disfrutar de cada mordisco porque no somos eternos y saber lo relativo, lo fugaz de todo en la vida eso es una paz inexplicable, porque todo pasa y por eso no hay que dejar escapar nada.

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Sorvitos de esencia del ayer.