domingo, 13 de mayo de 2018

Nunca entendí por qué en las discusiones no me gustaba zanjar, cerrar, ganar.
Tampoco entendí por qué se discutía.
En qué momento la conversación se torna gris y toma en concepto de discusión.
Un día, mientras hablaba pude haber 'ganado' y vi el concepto como una guerra.
Si dos corazones duelen no hay ganador, porque, ¿Dónde está la sensación de victoria?
No sé cómo son las guerras,
pero sé cómo son las discusiones y no me gustan, los límites, la incomprensión, el cerrarse en banda.
Tal vez necesito seguir sanando y en éste proceso, hoy gano, a mi, porque necesito tener mi última palabra, liberarme de lo tóxico.
¿Por qué tiene que haber un malo? Por qué la gente no pudo ser como tú y yo, que simplemente vimos la bifurcación y entendimos que no queríamos ir al mismo lado, y te solté la mano y tú besaste mi frente y durante un instante nos amamos más que nunca, porque nos dejamos libres, sin reproches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sorvitos de esencia del ayer.