martes, 2 de enero de 2018

De mayor quiero ser mujer,
mujer implica, para mi tantas verdades, tanto futuro, tanto coraje que da vértigo.
Cuando yo de pequeña era niña no sabía lo crudo que iba ser hacerse mayor,
la maravilla de hacerse mujer.
De mayor, quiero ser Curie, pero tampoco quiero dejar de ser Frida.
Hay un término medio, casi exacto.
Éste se mece entre tenaz y dulce.
Éste es lágrima y fuerza.
Sé que soy mujer, porque me miro vagina,
me siento fémina.
Pero ser mujer es más que eso,
más que lo que establecen,
más que lo que luchan.
Tú eliges, mujer, qué tipo,
tú eliges, si miedo en calle, o puño en alto.
Tú eliges hasta en la "sin-elección".
Elegir, que genere debate ser mujer,
elegirme, a mi, por encima de lo elegido previamente.
Me elijo persona, pero sobre todo,
raíz, tierra, flor, madre, abuela, hermana, prima.
Soy mujer, y ¡qué inquebrantable suena!
Mujer, la palabra me pone,
veo las curvas, dos pechos anidando a ella que también somos golondrina.
Me veo sóla, libro en mano,
muchacho en falda.
Me veo, como quiero, porque soy mujer que elige,
mujer que libre,
mujer que lucha, mujer que piensa.
Somos madres del planeta, parimos futuro,
educamos hermana, hermano, primo, hijo y cuñado.
No olvidamos, ni perdonamos, no somos santas ni putas.
Soy mujer, porque me siento viva.

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Sorvitos de esencia del ayer.