martes, 21 de noviembre de 2017

No paro,
abarco lo que puedo, más de lo que quiero, por no parar.
Si paro, llega la angustia, las pesadillas del lunes; si paro, se alargan hasta el martes.
Avanzo, por no ser estatua,
por aquello de la ansiedad y la ayuda que me da la calada maestra que todo lo calma.
Pero ésta pasa, y yo paro, y llega la noche.
En la oscuridad no hay monstruos,
pero hay
pesadillas.

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Sorvitos de esencia del ayer.