martes, 17 de octubre de 2017

He tirado del freno de mano,
pisado el embrague,
cambiado de marcha.
Lejos del mundo,
de las noches de cama y sudor
(te) observo dentro de mi.
Aún siguen las pesadillas,
tú.
Admito que ahora es el momento de asumir que no hay otros ojos, otro café aguado, otra radio que suene por las mañanas como tú.
Eso duele, pero yo sigo aquí.
Primero yo,
volver a creer que la magia existe en unos ojos lejos de los tuyos y eso necesita de mi.
Primero yo, amarme a mi, después el resto.
Sigo lamiendo heridas, aprendiendo que el tiempo pasa y con fuerza cura.
Puede que no crea que los corazones tienen varios ventrículos para anidar tan pronto, pero creo que con los segundos suficientes el nido cae, llega el invierno y luego las golondrinas.

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Sorvitos de esencia del ayer.